Confusiones. 2da. Pate
Alguien muere, yo
envejezco, alguien nace, otros ¿qué hacen? Quiero vivir, mi corazón está
cansado de latir ya no tiene motivos, tiene certeza en que algo lo moverá, pensará
en mí o solo son sueños que se esparcen en la noche, la luna se oculta, sale el
sol otro día llega, un nuevo amanecer para recomenzar y hacerlo otra vez, quiero
ganar no quiero perder, tengo lo necesario para hacerlo, más la ambición se
apodera de mi existir.
El agua refresca
mi alma, el aire apacienta mi ser, yo lucho por seguir respirando pero algo me
lo impide, quiero y lo intento pero ¿Qué hacer si me lo impide una fuerza mayor
que el querer?
¿Por qué no miden mi intelecto, por qué yo me tengo
que tropezar con personas poco adecuadas para mi gusto? Quisiera poder elegir,
pero soy un poco insegura al hacerlo.
La noche parece eterna, pesadillas de tormento
y desesperación se apoderan de ella, entre cálido y frío es el despertar para
huir, salir corriendo y buscar alternativas, esperanzas y nuevas ilusiones.
Despierto, aún
estoy viva y lucharé por mantenerme así, el orgullo no me quitará las ganas de
seguir viviendo, ganas que me aumentan esa posibilidad, ganas que no entienden
lo que está bien o lo que está mal, ganas que tengo que satisfacer para que no
se reviertan en contra mía.
El peligro es la
adicción a estar en el pecado, la noche
es cómplice de este, la noche es inclusive
cómplice del desamor, cómplice de aquello que en el momento que le
teníamos era hermoso, era increíble, era lo mejor que nos pudo pasar, más no
pensamos que todo tiene un final y que todo final requiere de olvido, aunque
sea agridulce hay que olvidar.
Cae el sol,
vuelve la niebla, vuelve el desespero y la amargura, estos me persiguen sin
importarle el cómo yo me siento, recuerdos siguen atormentando mi cabeza, logro
dormirme, pero que va ahí regresa la pesadilla
y el temor a seguir dormida, despierto pero el sol no sale aún, miro por la
ventana, ahí, ahí está triste y sola, así como yo, la luna.
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